Sus segundos uniformes son del mismo modo blancos como el del club español. Sin embargo, Botticelli se alejó del carácter volumétrico del desnudo clásico, con unas figuras frágiles y esbeltas que respondían más al concepto moderno del cuerpo humano, al tiempo que sus rostros son más personales y humanizados que los ideales prototipos clásicos. Esas exigencias eran las que no convencían tampoco al Athletic, camiseta del madrid ya que no quería perder sus señas de identidad.